
La educación para la Ciudadanía Global como vector de transformación de la escuela
En el marco del programa Conversaciones sobre Educación para una Ciudadanía Global con sentido de la Fundación SM, se celebró el pasado miércoles 23 de junio el décimo encuentro virtual “La educación para la Ciudadanía Global como vector de transformación de la escuela”.
En la conversación participaron:
- Pedro Sáez. Transformar la práctica educativa y la formación del profesorado. Profesor de Geografía e Historia y de Historia del Arte en institutos de Educación Secundaria. Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad Complutense.
- Rui Marques. La metodología Ubuntu para formar líderes al servicio de la comunidad. Director del Instituto Padre António Viera de Portugal y de la Academia de Líderes Ubuntu. Ex alto comisario para la inmigración en Portugal.
- Yénifer López Ramos. Rasgos transformadores en un centro educativo. por la Educación Transformadora y la Ciudadanía Global.
Moderó Cecilia Barbieri, especialista senior de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe (Unesco).
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Cecilia Barbieri introduce el tema con una frase que recoge parte de la visión de la Unesco sobre Ciudadanía Global: “El futuro de la ciudadanía está ligado al futuro de la democracia y la cohesión social”. Así, el futuro de las nuevas generaciones solo puede abordarse desde una comunidad unida por un fuerte tejido social. Para la Unesco, los actuales debates sobre la Ciudadanía Global están muy ligados a una de las metas de la Agenda 2030, vinculando claramente la educación con un propósito social, humanístico y moral. Por tanto, la educación tiene que ser una responsabilidad compartida y debe tener un compromiso transformador.
Transformar la práctica educativa y la formación del profesorado
Pedro Sáez comienza su participación diciendo que con ella quiere hacer un homenaje al escritor y pedagogo Gianni Rodari, en concreto a su Gramática de la fantasía. Para ello relata un cuento en el que una niña incomoda constantemente a su relajado padre para que juegue con ella. El padre idea algo para entretenerla durante mucho tiempo: recorta un gran mapa del mundo en mil pedazos y se lo da para que lo reconstruya. A los diez minutos la niña reaparece con el gran puzle completado. El padre, perplejo, se pregunta cómo lo ha conseguido, y la niña le explica que simplemente descubrió en el revés del mapa el rostro de una niña como ella, y recomponer la cara fue sencillo…
Pedro nos dice que aprendamos a actuar como la niña, a jugar mirando al otro lado, sin reglas fijas, imaginando el revés de las apariencias, cuestionando las instrucciones recibidas, trabajando con tesón y paciencia… La imaginación debe ser un pilar básico de la educación, que no es otra cosa que abrir todas las ventanas posibles de los jóvenes. Educar en la globalización es hacer que nuestros alumnos sientan, piensen y den valor y vida al mundo que está en la esquina.
La metodología Ubuntu para formar líderes al servicio de la comunidad
Rui Marques nos habla de la metodología que sostiene la Academia de Líderes Ubuntu. En un mundo fracturado, polarizado y dominado por muchos temores, IPAV trabaja en la formación de jóvenes que sepan unir, servir y cuidar a los demás y a su entorno. Les inspira el concepto africano de la palabra ubuntu: yo soy porque tú eres; solo puedo ser una persona a través de otras personas. Es la interdependencia; me relaciono, luego existo.
Tres ideas básicas en su metodología: liderazgo de servicio, éticas del cuidado y construcción de puentes para la Ciudadanía Global. También inciden mucho en las habilidades socioemocionales: el autoconocimiento, la autoconfianza, la resiliencia, la empatía y el servicio a los demás.
Tienen como modelos de referencia e inspiración a personajes como Mandela, la madre Teresa, Luther King…, pero cualquiera puede ser referente. Las historias de vida personales cobran gran importancia en su metodología, son fuerza inspiradora para otros, y son una fuerza interior para cada uno, motor de transformación y cambio.
Ubuntu, una metodología libre y abierta a quien desee formarse en ella, se ha desarrollado ya en 58 países de cinco continentes porque concibe a la humanidad como una misma familia y, por ende, trabaja para la construcción de la Ciudadanía Global como algo común y diverso.
Rasgos transformadores en un centro educativo
Yénifer López, desde la experiencia de las diversas organizaciones que forman el Movimiento por la Educación Transformadora y la Ciudadanía Global, y su trabajo en numerosos centros educativos, nos cuenta cuáles deben ser los quince rasgos de un centro transformador para la educación en la Ciudadanía Global, agrupados en tres bloques.
- Rasgos relacionados con la cultura del centro (principios, misión, valores):
- Justicia global y derechos humanos.
- Equidad de género-coeducación.
- Interculturalidad e inclusión.
- Participación.
- Desarrollo sostenible.
- Claves pedagógicas y metodologías transformadoras:
- Aprendizaje socioemocional.
- Aprendizaje significativo experiencial.
- Metodologías críticas y colaborativas.
- Incidencia y acción transformadora.
- Evaluación que genere aprendizaje.
- Políticas de centro (planificación y transformación):
- Currículo de educación transformadora para la Ciudadanía Global.
- Educación transformadora para la Ciudadanía Global presente en los documentos estratégicos.
- Organización y participación integradora.
- Atención a las relaciones de poder y cuidado.
- Trabajo con el entorno y en red.
Tras una investigación y sistematización de experiencias llevada a cabo junto a la Universidad de Santiago de Compostela, en centros educativos que están aplicando metodologías transformadoras sobre Ciudadanía Global, han llegado a los siguientes factores claves en los procesos de transformación:
- Liderazgo del equipo directivo.
- Profesorado comprometido, creativo y bien formado.
- Empoderamiento y participación de los alumnos.
- Metodologías que vayan desde el contexto y lleguen al contexto.
- En relación y colaboración, abierto al entorno.
- Educar desde la sensibilidad, el cuidado y el encuentro.
- Todo lo anterior debe impregnar el centro educativo en su conjunto.
Termina Yénifer haciendo una invitación a ser agentes educativos transformadores a todos los implicados en los procesos educativos. La educación no es solo una propuesta pedagógica, sino también una propuesta ética (parte de una visión de la persona y de la sociedad) y política (es una educación comprometida con el bien común y orientada a la transformación social).
Diálogo
Ante la pregunta de cuál es el reto para que la educación transformadora ocupe un lugar en la formación del profesorado y en los centros educativos, Pedro Sáez asegura que la clave está en el paso de la pedagogía a la didáctica, de las teorías pedagógicas a la acción educativa. El aula debe ser el lugar privilegiado de la acción. El problema no es solo enseñar a pensar, sino también a actuar, a que lo pensado se pueda aplicar. El pensamiento debe llevar a tomar decisiones, a pasar del discurso a la acción.
Sobre cómo se trabajan las habilidades socioemocionales en las academias Ubuntu, Rui Marques comenta que cuestiones como la autoconfianza, el autoconocimiento, la resiliencia, o la empatía son claves en su metodología de empoderamiento a los jóvenes, ayudándolos a que tomen sus propias decisiones y asuman compromisos.
Además, hay dos cuestiones importantes que también se potencia en la metodología Ubuntu. Por un lado, la conexión y la interdependencia. Sentir que lo que hagamos juntos determinará el futuro. Los jóvenes deben sentir que son una parte clave de la Ciudadanía Global, que son ciudadanos conectados e interdependientes. Y por otro, la esperanza. Ante un presente lleno de miedos e incertidumbres (que tan claro se ha manifestado con la actual pandemia), debemos transmitir a nuestros jóvenes esperanza en el devenir. Solo si creemos en algo mejor para el futuro podremos trabajar por ello.
Yénifer comenta que, además, en las aulas se debe enseñar a participar activamente como ciudadanos. Los jóvenes han de aprender a conectar los conceptos teóricos con la práctica experiencial, con su día a día, con su vida. Si a los alumnos se les habla de voluntariado, se les deben dar los cauces para que ellos sean voluntarios activos en sus entornos y contextos.
Pedro añade que cree que se ha pasado de la cultura de la participación, de la generación que ahora tiene 50 o 60 años, a las actuales generaciones jóvenes, que viven una participación virtual, reducida y ficticia. Por ello, la escuela tiene un papel fundamental para revertir esta situación y hacer a sus alumnos partícipes de una ciudadanía activa real y transformadora. Parece como si la escuela renunciase a cierta actividad participativa que han asumido las redes sociales y los entornos virtuales. Para finalizar, Pedro afirma que el voluntariado y el aprendizaje-servicio debería formar parte del proceso educativo de nuestros jóvenes, ya que son dos metodologías transformadoras, participativas y que ofrecen un servicio comunitario.